miércoles, 4 de octubre de 2023

Cronicas y biografias aquí en, Musica del Patio Abel Antonio Villa: El Padre del Acordeón y su Legado Musical

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Abel Antonio Villa: El Padre del Acordeón y su Legado Musical


En el apacible corregimiento de Piedra de Moler, en Tenerife, Magdalena, nació un prodigio musical: Abel Antonio Villa. Era el 1 de Octubre de 1924, y sus padres, Antonio Villa Salas y María del Tránsito Villa Barrios, dieron la bienvenida a un niño destinado a dejar una huella imborrable en la música vallenata.


Desde los tiernos 9 años, Abel Antonio mostró su pasión por la música. Pero su destreza con el acordeón marcaría un hito en la historia sonora. Fue en 1943 cuando grabó su primera producción fonográfica, llevando el acordeón por primera vez a la pasta sonora, y de ella nació la famosa obra 'La muerte de Abel Antonio'.


Esta composición cobró vida a partir de un evento real y conmovedor: su propio velorio en vida tras un malentendido con un homónimo en Pivijay, después de su servicio militar. En esta experiencia se forjó "Abelito", el músico que adoptó el blanco como símbolo en honor a esas cinco noches de velorio.


Abel Antonio Villa fue más que un músico, fue una leyenda vallenata. Su prolífica carrera dejó un legado musical con más de 500 composiciones y 22 discos. Su trascendencia se refleja en su título de Rey Vitalicio del Festival de la Leyenda Vallenata y la condecoración del Congreso de la República en 1997.


Dentro de su vasto repertorio, temas como 'El higuerón', 'Amalia Vergara', 'El pleito', 'Ana María' y 'La camaleona' resplandecen como testimonios de su maestría musical. El Padre del Acordeón dejó un vacío irremplazable en la música, pero su melodía perdura en cada acorde que resuena en los corazones vallenatos.

Biografias y cronicas aqui en, Musica del Patio :Alfonzo Cotes Queruz

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Alfonzo Cotes Queruz 


El 19 de noviembre de 1918, en la pintoresca Chimichagua, nació Alfonso Cotes Querúz, hijo de Lázaro Cotes y Sara Queruz, una familia arraigada en el Pacífico. Sin embargo, la vida llevó a Lázaro y su esposa de regreso a La Paz (Cesar), su tierra natal. La infancia de Alfonso, conocido como Poncho, transcurrió en este lugar. Después de su educación primaria, fue enviado a Santa Marta para cursar la secundaria en la Escuela Normal de varones.


En esta etapa, Poncho Cotes entabló amistad con Rafael Escalona, ​​quien también estudiaba en la cercana Escuela Liceo Celedón. Al regresar a Valledupar, conoció a la profesora Carmen Núñez, con quien más tarde formaría su propia familia. Poncho, un hombre sociable y apreciado por todos, encontró un puesto como profesor en el destacado Colegio Loperena.


La salud de Carmen durante su primer embarazo llevó a la familia a cumplir uno de sus deseos: mudarse a Manaure, un encantador pueblo en la serranía del Perijá, a unos 40 kilómetros del Valle. Allí, en el acogedor entorno montañoso, Poncho y Carmen construyeron su hogar y vieron crecer a sus hijos. El destino les había guiado a un lugar especial, lleno de gente maravillosa y un clima único, donde forjaron un precioso nido familiar en el balcón de la sierra. 

Lamentablemente, el 1 de octubre de 1983, Poncho Cotes Querúz falleció en Valledupar, dejando un legado imborrable en la historia de la región.



sábado, 28 de enero de 2023

Adolfo por siempre


 

Música del Patio se une a los sentimientos de pesar por la partida del gran juglar Adolfo Rafael Pacheco Anillo.

Para rendir honores a la memoria del maestro socializamos una palabras del amigo Efraín Montero con su venia.

Lamentablemente para todos los amantes del folclor no es un muy buen día, se nos fue ese gran juglar que, si bien estuvo asignado por raíz a los Montes de María, lo cierto es que colgó una Hamaca Grande en Valledupar, que nos meció por todo el mundo y sus hicos son tan fuertes que hoy Colombia es un nudo gordiano de sentimientos. No sé cómo sería el canto triste de un mochuelo o del cisne, pero tampoco podría imaginar la brocha para poder pintar cosas tan bellas, capaz de darles espacio en el tiempo. Sin embargo, supo perdurar y para ello hay que ser certero como aquel pollo fino que de esa gran cuerda que dio honores a su raza, pero la ley de la vida es un camino sin regreso, y hoy tenemos que decirle al rey, a su Majestad… el gran Juglar se rindió.

Paz en su tumba Maestro Adolfo y fortaleza para toda su familia y amigos que sienten su partida, gracias por darnos tantos momentos de felicidad. Un abrazo grande como la hamaca.